Bienvenido Maestro Tabárez a la gran familia de Seguro Americano
El maestro Óscar Wáshington Tabárez es intervenido en el Sanatorio Americano y se afilia con su familia al Seguro Americano
Intentar escribir sobre Óscar Wáshington Tabárez supone escribir sobre fútbol y sobre la selección celeste. Es que de acuerdo a muchos acontecimientos que han alegrado a toda la afición deportiva de nuestro país en los últimos años, el “Maestro” ha logrado con justicia, la mejor consideración de esa afición.
Es entonces que en cualquier tertulia, de cualquier naturaleza, en cualquier círculo en el que se pueda pensar, el nombre del Maestro Tabárez recuerda acontecimientos como el cuarto puesto obtenido por la selección mayor en el Mundial Sudáfirica 2010; la conquista de la Copa América 2011 en Argentina; la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 después de 84 años de ausencia; la excelente participación en la Copa Confederaciones Brasil 2013; y por supuesto la difícil clasificación para el Campeonato Mundial Brasil 2014.
Y si todavía todo eso fuera poco, su nombre también obliga a pensar el continuado éxito de las selecciones juveniles, como parte del proceso que él ha dirigido en los últimos años con tanto éxito: la clasificación de todas ellas a los campeonatos mundiales en las diferentes categorías y las dos finales mundiales disputados que aún en la derrota enaltecieron el prestigio futbolístico de nuestro país.
Escribir entonces sobre el “Maestro Tabárez”, supone siempre el recuerdo de muchas cosas, enlazadas todas ellas con ese tema que tanto enfervoriza a todo nuestro país, como es el fútbol. Sin embargo, la referencia a Óscar Wáshington Tabárez en esta oportunidad, nos dirige hacia otro aspecto, en este caso personal, y de mucha trascendencia para el, para su familia, e incluso para todos los que siempre nos hemos congratulado con sus conquistas, que han sido del país todo.
Hacía tiempo que el Maestro arrastraba una dolencia física que cada vez era más visible a los ojos de la afición. Cada vez que aparecía en público se le notaba con una creciente dificultad para desplazarse. En cada oportunidad era más notorio que se le hacía necesaria detener su actividad y ocuparse de sí mismo. Sin embargo, sus responsabilidades le impedían hacerlo como seguramente toda su familia y sus afectos más íntimos así se lo estaban requiriendo.
Apenas la selección celeste superó la instancia de los partidos disputados ante Jordania por la clasificación de Uruguay para el Mundial Brasil 2014, Tabárez decidió su internación y operación. En una primera instancia pensó hacerlo en el exterior, pero muy pronto su propio entorno futbolístico lo orientó hacia el Sanatorio Americano. Había allí todo lo que necesitaba: infraestructura, conocimiento técnico y científico y material humano de primer nivel comparable con cualquier centro médico internacional en el que pudiera pensar.
Tuvo en el Sanatorio Americano la atención habitual que tienen sus pacientes. Superó la primera operación de columna con todo éxito y eso lo puso en condiciones de reiniciar con entusiasmo todas sus actividades. Sus expresiones de conformidad con toda la atención recibida en el Sanatorio Americano se hicieron comunes en todo su entorno, familiar, profesional y de amistades.
Queda por delante otra operación, en este caso de rodilla, por la cual tendrá todavía que esperar algunos meses. Ahora quedó en manos de los profesionales del Sanatorio Americano. Decidió afiliarse con su familia al Seguro Americano y eso le asegura cualquier contingencia futura.
El Seguro Americano tendrá de ahora en más la responsabilidad del cuidado de su Salud. Una responsabilidad de acuerdo con su infatigable misión de servicio y de acuerdo a su indiscutible capacidad técnica para asumirla. Una responsabilidad que conlleva la satisfacción y el orgullo de ser guardianes de la salud de alguien a quien todo el país quiere, admira, agradece y para quien siempre desea lo mejor que la vida le pueda otorgar.